El diccionario de la Real Academia en su edición del año 2001 incorpora por primera vez el concepto globalización de la siguiente manera:
Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.
Es decir, lo circunscribe exclusivamente a lo económico. Sin embargo la definción que realiza Le MOnde Diplomatique, profundiza también en este sentido:
Se trata de interdependencia y de la imbricación cada vez más estrechas de las economías de numerosos países, sobre todo el sector financiero, ya que la libertad de circulación de flujos financieros es total y hace que este sector domine, muy ampliemante a la escala económica.
El economista Luis Riveros, ex-Rector de la Universidad de Chile y actual repostulante a la misma, afirma al respecto:
estamos viviendo una etapa única de la humanidad, en la que se está produciendo una convergencia mundial sin precedentes en aspectos económicos, políticos, tecnológicos y en una serie de ámbitos en los que, tradicionalmente, las naciones manifestaron tendencias divergentes o, al menos, independientes.
Inclusive hay quienes, como Torcuato Di Tella, indican que:
la globalización es un fenómeno cuyo orígenes se remontan a la época del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo y la llegada de los Portugueses a Oriente por vía marítima.
Sin duda, la globalización se manifiesta en procesos que nunca antes en la historia habían tenido la potencia de carácter planetario e intensidad como algunos de los actuales. Los tres aspectos más notorios del fenómeno son: la economía, la teconología y las comunicaciones.
Señalar sólo los efectos negativos de la globalización es una gran injusticia; la circulación mundial de los bienes y servicios, el gozar de espectáculos culturales, artísticos o deportivos al instante y a miles de Kms. de distancia o el bajo costo de aceso a artículos fruto de la tecnificación global, permiten mayor bienestar y elevación cultural y económica a una gran cantidad de personas que de otra forma sería imposible de lograr.
Seguramente, ante un proceso histórico tan avasallador, real e irreversible, la tarea pendiente sea "humanizar la globalización", la cual nos pone frente a frente a la naturaleza dual del hombre y la naturaleza, reflejados en esa extraña mezcla de particularización de lo universal y la universalización de lo particular. Y es así como hoy todos somos por primera vez contemporáneos, y no estamos tan lejos. Los medios clásicos de comunicación, lejanos a las masas, se ven superados por formas donde el ciudadano común es hoy informante e nterlocutor. Pero esta cultura globalizada ¿podrá hacernos perder las raíces? ¿Es una amenza a la puralidad e identidad local? ¿Podremos no ir a un McDonald y evitar a Microsoft? ¿Existen formas de globalizar nuestra particularidad e insertarnos en un nuevo orden mundial, siendo parte de una cultura en constante evolución, dejando así de llorar por la permanente invación de lo externo?
En lo político hay quienes dicen que estamos viviendo el fin de los Estados tal como los hemos conocido. Sus formas tradicionales, con fronteras y aduanas, Instituciones soberanas en un territorio definido son parte de un pasado que se desvanece. El Estado clásico no puede manejar problemas que exceden sus límites físicos tales como, el narcotráfico, SIDA, crisis financieras, repercusiones de revoluciones o golpes de Estado en Naciones vecinas o lejanas, terrorismo, desastres naturales. En ese ámbito vemos como de manera simétrica, países ayer enemigos hoy avanzan hacia una integración, tal es el caso de la Unión Europea, con todos los problemas que ha significado, caminan hacia una Constitución Unitaria, bajo el lema: Unidada en la diversidad. Inclusive dentro de los mismos Estados, la globalización alienta la diversidad y pluralidad culturales, donde las minorías exigen el lugar que les corresponde en la conducción de los Estados.
No sólo el comercio se globaliza, se globalizan las democracias y los derechos humanos, la conciencia de que hay que terminar con la pobreza y el hambre en el mundo, la lucha y determinación de que hay que cuidar y preservar el medio ambiente libre de contaminación. En conlusión, los valores también se globalizan haciendo que la tortura y otros delitos sean perseguidos mundialmente por sobre la jurisprudencia de los Estados, el mejor ejemplo fue el arresto de Pinochet en Londres, como muestra de un mundo con valores y sentido de justicia globales, donde se empieza a visualizar un nuevo orden jurídico mundial sin más fronteras que lo universal basado en derechos inalienables e inherentes a la humanidad toda. Florecen así tratados internacionales y protocolos, y los organismos internacionales se alzan su voz a la hora de denunciar y buscar soluciones afines. Así también el orden económico mundial se configura de manera tal que urge buscar soluciones a los desamparados por el modelo económico imperante, cuestión delicada y sensible en los países subdesarrollados, considerando además que los Estados son cada vez más pequeños y su PIB es ínfimo al lado del de las grandes transnacionales, cuyo poder económico se traduce muchas veces en poder político.
Por otro lado, podemos hacer un click y encontrar un sitio web mapuche, u otro promocionando a las etnias, europeos rescatando nuestra cultura y tradiciones, el mundo preocupado de preservar especies y patrimonios culturales, no es sólo que nosotros adoptemos costumbres, en Estados UNidos los latinos se acercan a un cuarto de la población cambiando para siempre junto a la población afroamericana los esquemas culturales y sociales del país del norte, no con pocas dificultades por cierto. Algo similar sucede en muchos países Europeos con baja tasa de natalidad y mucha inmigración africana e hispana.
Sería ridículo además, pensar que fenicios o romanos debieron mantener su cultura tal cual hasta el día de hoy, sin influenciarse por turcos, giergos, germanos y tantos otros pueblos con los cuales a través de los siglos intercambiaron culturas para mutar en otras. Hoy muchos intentan resistirse a ello, cuestión que ha sucedido desde siempre a cada civilización de forma espontánea y natural. Quizás nos asuste el vértigo con que sucede y la forma en que se lleva a cabo esta interconexión a todo nivel, tan invasiva, tan fascinante y tan perversa. La historia nos da muchos ejemplos de aquello, el crudo mestizaje en el que se fundieron razas en América a partir del robo y la dominación, pero el nacimiento de nuestras Naciones tal cual las conocemos hoy...
En fin, he lanzado muchas puntas de flecha ya. Seguramente la respuesta la tendrán otras generaciones. Por ahora nosotros somos perfectos conejillos de indias ... quizás sin ser salmones, tengamos el espíritu de ellos para llegar a la cordillera, aunque como no lo somos llegaremos algún día al mar, o seremos arrastrados algún océano en el que otros nadan a plenitud, hace tiempo, mientras algunos aprenden a bracear o bucear y otros se revuelcan en la arena intentando humedecer sus branquias. No quiero pensar que para que lo que viene, sea una lucha por la vida, por no quedar en el camino, por no varar en la orilla o simplemente por no adaptarse a la sal y las escamas. De ser así, poca humanidad nos quedará, y sólo aumentaremos la fauna silvestre (salvaje?).And here is the rest of it.
Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.
Es decir, lo circunscribe exclusivamente a lo económico. Sin embargo la definción que realiza Le MOnde Diplomatique, profundiza también en este sentido:
Se trata de interdependencia y de la imbricación cada vez más estrechas de las economías de numerosos países, sobre todo el sector financiero, ya que la libertad de circulación de flujos financieros es total y hace que este sector domine, muy ampliemante a la escala económica.
El economista Luis Riveros, ex-Rector de la Universidad de Chile y actual repostulante a la misma, afirma al respecto:
estamos viviendo una etapa única de la humanidad, en la que se está produciendo una convergencia mundial sin precedentes en aspectos económicos, políticos, tecnológicos y en una serie de ámbitos en los que, tradicionalmente, las naciones manifestaron tendencias divergentes o, al menos, independientes.
Inclusive hay quienes, como Torcuato Di Tella, indican que:
la globalización es un fenómeno cuyo orígenes se remontan a la época del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo y la llegada de los Portugueses a Oriente por vía marítima.
Sin duda, la globalización se manifiesta en procesos que nunca antes en la historia habían tenido la potencia de carácter planetario e intensidad como algunos de los actuales. Los tres aspectos más notorios del fenómeno son: la economía, la teconología y las comunicaciones.
Señalar sólo los efectos negativos de la globalización es una gran injusticia; la circulación mundial de los bienes y servicios, el gozar de espectáculos culturales, artísticos o deportivos al instante y a miles de Kms. de distancia o el bajo costo de aceso a artículos fruto de la tecnificación global, permiten mayor bienestar y elevación cultural y económica a una gran cantidad de personas que de otra forma sería imposible de lograr.
Seguramente, ante un proceso histórico tan avasallador, real e irreversible, la tarea pendiente sea "humanizar la globalización", la cual nos pone frente a frente a la naturaleza dual del hombre y la naturaleza, reflejados en esa extraña mezcla de particularización de lo universal y la universalización de lo particular. Y es así como hoy todos somos por primera vez contemporáneos, y no estamos tan lejos. Los medios clásicos de comunicación, lejanos a las masas, se ven superados por formas donde el ciudadano común es hoy informante e nterlocutor. Pero esta cultura globalizada ¿podrá hacernos perder las raíces? ¿Es una amenza a la puralidad e identidad local? ¿Podremos no ir a un McDonald y evitar a Microsoft? ¿Existen formas de globalizar nuestra particularidad e insertarnos en un nuevo orden mundial, siendo parte de una cultura en constante evolución, dejando así de llorar por la permanente invación de lo externo?
En lo político hay quienes dicen que estamos viviendo el fin de los Estados tal como los hemos conocido. Sus formas tradicionales, con fronteras y aduanas, Instituciones soberanas en un territorio definido son parte de un pasado que se desvanece. El Estado clásico no puede manejar problemas que exceden sus límites físicos tales como, el narcotráfico, SIDA, crisis financieras, repercusiones de revoluciones o golpes de Estado en Naciones vecinas o lejanas, terrorismo, desastres naturales. En ese ámbito vemos como de manera simétrica, países ayer enemigos hoy avanzan hacia una integración, tal es el caso de la Unión Europea, con todos los problemas que ha significado, caminan hacia una Constitución Unitaria, bajo el lema: Unidada en la diversidad. Inclusive dentro de los mismos Estados, la globalización alienta la diversidad y pluralidad culturales, donde las minorías exigen el lugar que les corresponde en la conducción de los Estados.
No sólo el comercio se globaliza, se globalizan las democracias y los derechos humanos, la conciencia de que hay que terminar con la pobreza y el hambre en el mundo, la lucha y determinación de que hay que cuidar y preservar el medio ambiente libre de contaminación. En conlusión, los valores también se globalizan haciendo que la tortura y otros delitos sean perseguidos mundialmente por sobre la jurisprudencia de los Estados, el mejor ejemplo fue el arresto de Pinochet en Londres, como muestra de un mundo con valores y sentido de justicia globales, donde se empieza a visualizar un nuevo orden jurídico mundial sin más fronteras que lo universal basado en derechos inalienables e inherentes a la humanidad toda. Florecen así tratados internacionales y protocolos, y los organismos internacionales se alzan su voz a la hora de denunciar y buscar soluciones afines. Así también el orden económico mundial se configura de manera tal que urge buscar soluciones a los desamparados por el modelo económico imperante, cuestión delicada y sensible en los países subdesarrollados, considerando además que los Estados son cada vez más pequeños y su PIB es ínfimo al lado del de las grandes transnacionales, cuyo poder económico se traduce muchas veces en poder político.
Por otro lado, podemos hacer un click y encontrar un sitio web mapuche, u otro promocionando a las etnias, europeos rescatando nuestra cultura y tradiciones, el mundo preocupado de preservar especies y patrimonios culturales, no es sólo que nosotros adoptemos costumbres, en Estados UNidos los latinos se acercan a un cuarto de la población cambiando para siempre junto a la población afroamericana los esquemas culturales y sociales del país del norte, no con pocas dificultades por cierto. Algo similar sucede en muchos países Europeos con baja tasa de natalidad y mucha inmigración africana e hispana.
Sería ridículo además, pensar que fenicios o romanos debieron mantener su cultura tal cual hasta el día de hoy, sin influenciarse por turcos, giergos, germanos y tantos otros pueblos con los cuales a través de los siglos intercambiaron culturas para mutar en otras. Hoy muchos intentan resistirse a ello, cuestión que ha sucedido desde siempre a cada civilización de forma espontánea y natural. Quizás nos asuste el vértigo con que sucede y la forma en que se lleva a cabo esta interconexión a todo nivel, tan invasiva, tan fascinante y tan perversa. La historia nos da muchos ejemplos de aquello, el crudo mestizaje en el que se fundieron razas en América a partir del robo y la dominación, pero el nacimiento de nuestras Naciones tal cual las conocemos hoy...
En fin, he lanzado muchas puntas de flecha ya. Seguramente la respuesta la tendrán otras generaciones. Por ahora nosotros somos perfectos conejillos de indias ... quizás sin ser salmones, tengamos el espíritu de ellos para llegar a la cordillera, aunque como no lo somos llegaremos algún día al mar, o seremos arrastrados algún océano en el que otros nadan a plenitud, hace tiempo, mientras algunos aprenden a bracear o bucear y otros se revuelcan en la arena intentando humedecer sus branquias. No quiero pensar que para que lo que viene, sea una lucha por la vida, por no quedar en el camino, por no varar en la orilla o simplemente por no adaptarse a la sal y las escamas. De ser así, poca humanidad nos quedará, y sólo aumentaremos la fauna silvestre (salvaje?).And here is the rest of it.
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